Por: R. Vincent Morfín Calvo, Ejecutivo de Asuntos Públicas de Early Institute
Publicación original de: El Heraldo de México
La pandemia por COVID-19, ha sido uno de los periodos más complejos y tristes de la época moderna. Hasta el día de hoy y durante varios años por venir, continuaremos sufriendo sus efectos económicos, sociales y políticos. No obstante, existe un tópico de especial relevancia al que no se le ha dado la atención necesaria por parte del Estado mexicano, a saber, la orfandad de niñas, niños y adolescentes que perdieron a uno o ambos padres, o incluso a algún otro cuidador, consecuencia de la contingencia sanitaria.
El pasado mes de abril se presentó el “Informe de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de COVID-19 en México”, y los resultados obtenidos son preocupantes.
Entre los datos recabados, encontramos que más de 215 mil niñas y niños quedaron huérfanos de padre o madre al cierre del 2022; así mismo, si el espectro se amplía a personas que fungían como sus cuidadores, la cifra de menores huérfanos podría ascender a casi 230 mil. Y si ampliamos aún más los parámetros para considerar a cuidadores tanto primarios como secundarios, encontramos que serían más de 318 mil menores que sufrieron la pérdida de una figura adulta con la que vivían y que se encargaba de su cuidado.
Hay que considerar que la orfandad genera una multiplicidad de consecuencias negativas en la vida de niñas, niños y adolescentes, por lo que es urgente atraer la atención por parte del Estado para tomar acciones de restitución sobre los derechos que les han sido vulnerados y poder mantener en curso su plan de vida. El documento señala que la pérdida de padres y cuidadores es uno de los eventos más traumáticos y disruptivos que pueda experimentar un menor.
Al día de hoy, no existe política pública alguna que se centre en el abordaje y atención de esta problemática que atraviesan miles de niñas, niños y adolescentes, por lo que desde Early Institute hacemos un llamado a personas tomadoras de decisiones para que, en el ámbito de sus respectivas competencias, coloquen a la niñez en el centro del debate y no dejen en el desamparo a una generación que sufrirá por el resto de sus vidas la traumática experiencia de haber perdido a su figura parental a causa de una gestión deficiente de la pandemia por COVID-19.
El informe señala que el diseño e implementación de una política nacional enfocada en apoyar y proteger el bienestar y los derechos de los menores huérfanos en México, debe estar fundada en evidencia, contar con presupuesto suficiente e involucrar a diversas instituciones del Estado y niveles de gobierno y contemplar, al menos, los siguientes aspectos: acompañamiento psicológico y medidas de atención de la salud física y mental; asistencia económica; y medidas para evitar la deserción escolar y apoyar el aprendizaje.