Por Annayancy Varas García, directora de Early Institute
Publicación original de El Financiero
Sin duda la diferencia en la dotación de recursos y la escasa atención que se le brinda a este grupo para la cobertura de sus necesidades más esenciales pone en riesgo el futuro del país.
Inicia el año y es inevitable no pensar en los desafíos y retos que enfrentan los grupos sociales más vulnerables del país. En particular en el caso de la primera infancia mexicana existen severos riesgos ante la ineficiente inversión pública que se le destina, cuando debería ser un asunto prioritario.
En México, la primera infancia es un tema con profundos rezagos. Según el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP): “En 2021, el Gasto Exclusivo Para Primera Infancia (GEPI) fue de 16 mil 120.4 millones de pesos (mdp), esto representó mil 247 pesos para la atención de cada infancia. En contraste, en 2022, el gasto en pensiones y costo de la deuda ascienden a 86 mil 830 y 6 mil 412 pesos per cápita respectivamente”.
Sin duda la diferencia en la dotación de recursos y la escasa atención que se le brinda a este grupo para la cobertura de sus necesidades más esenciales pone en riesgo el futuro del país.
Es por ello que de cara a las próximas elecciones es indispensable que se debata al respecto. Las plataformas electorales deben colocar a la primera infancia en el lugar que se merece y actuar en consecuencia para lograr su protección integral.
De acuerdo con el informe del Sistema de Indicadores de Primera Infancia (SIPI) México, un proyecto de Early Institute: “La población de primera infancia representa casi el 10 por ciento de la población total; 1 de cada 10 personas en México son niñas y niños de entre cero y cinco años”. En ese periodo, “el cerebro crece exponencialmente, lo cual tiene gran influencia en el desarrollo cognitivo, social, emocional y motriz” y su atención es crucial.
En este sentido, las consecuencias de olvidar lo que significa su trascendencia son costosas, ya que: “Los individuos afectados por un mal comienzo en la vida sufren una pérdida de aproximadamente una cuarta parte del promedio anual de ingresos en la edad adulta”.
Una evidencia más de la falta de interés por atender a este sector, en México, es el reciente Presupuesto de Egresos de la Federación 2023, que de acuerdo con el CIEP: “Las reasignaciones aprobadas en el PEF 2023 acentúan la falta de perspectiva de equidad intergeneracional”, siendo la primera infancia la más afectada. Al respecto Arianna González, oficial de Política Social del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés), informó en el foro Ruta PEF 2023: Construyendo un Presupuesto para la Niñez y la Adolescencia, organizado por la Cámara de Diputados, que: “se tiene una inversión per cápita para 2023 de 22 mil 983 pesos anuales; la primera infancia es el grupo que tiene menor inversión (19 por ciento), seguido por la niñez (45 por ciento) y adolescencia (36 por ciento)”.
En Early Institute hacemos un llamado para ubicar en el centro de la discusión la importancia de la primera infancia como eje primordial en el crecimiento del país. Para ello es fundamental que en las próximas campañas electorales se integre en las propuestas sociales el significado de esta etapa de la vida y que, además, se impulse realmente el aumento sustancial en su inversión y protección. Por el bien de todos, cuidemos la primera infancia.