Por Annayancy Varas García, directora de Early Institute
Publicación original de El Financiero
A los desafíos que nos presentan los tiempos actuales, se une otro más que lamentablemente ataca a niños, niñas y adolescentes. Se trata de la presencia del sentimiento de vacío, ante la carencia de atención de calidad por parte de sus padres y cuidadores.
Existen muchos factores que posibilitan que este grupo social se considere vacío, como lo señala el psicoterapeuta argentino, Lucas Raspall: “Son niños que tienen demasiado, pero que les falta lo más importante: madres y padres emocionalmente disponibles; límites claramente definidos; responsabilidades; nutrición equilibrada y un sueño adecuado; movimiento, especialmente al aire libre; espacios para el aburrimiento; menor distracción digital, y juego creativo e interacción social”.
La dotación de regalos materiales para entretenerlos y la sobreprotección son también prácticas que pueden desencadenar sentimientos de vacío en niños y niñas, que requieren más de lazos afectivos que de compensaciones externas.
“Se trata de niños sin deseos, con baja tolerancia a la espera y la frustración”, dice el también autor de varios libros sobre crianza positiva. ¿Qué hacer para evitar el sentimiento de vacío en la etapa infantil? Lo primero es convertirnos en padres y cuidadores presentes y disponibles para acompañarlos en su crecimiento; eso implica compromiso, brindar tiempo de calidad y asumir la responsabilidad de su cuidado físico, mental y emocional.
Lo siguiente es establecer límites; evitar el uso excesivo de dispositivos digitales; motivar la convivencia familiar; invitar a que se juegue; cuidar que las rutinas diarias sean respetadas, favoreciendo los tiempos de descanso y alimentación; promover su autonomía, evitando la sobreprotección y fortalecer su sentido de responsabilidad con tareas acordes con su edad.
En particular hay que evitar emplear la tecnología como método para combatir el aburrimiento, en especial en edades muy tempranas, ya que al dotarlos de estímulos inmediatos estamos impidiendo que desarrollen sus propios recursos para ser creativos e imaginativos.
El sentimiento de vacío en niños y niñas, en palabras de Raspall, es una “tragedia silenciosa”, en tanto pareciera que va en aumento y su afectación es profunda. Es por ello que se invita a fortalecer su autoestima, fomentándoles seguridad en sí mismos mediante la atención de sus necesidades e intereses.
En Early Institute privilegiamos el interés superior de niños y niñas con el impulso de propuestas sobre su salud, educación, cuidado y protección. En este sentido, hacemos un llamado a que padres y cuidadores asumamos la responsabilidad por velar y garantizar un adecuado estado emocional de nuestros hijos e hijas, en tanto afecta su desarrollo y bienestar. Sin duda, el establecimiento de vínculos afectivos sólidos, así como nutrirlos en lo físico y en lo mental, son tareas compartidas para combatir el enraizamiento del vacío en la primera infancia y un paso para construir una sociedad más resiliente.