Ciberacoso a niñas, niños y adolescentes

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Por Mario Arroyo Juárez, investigador y consejero de Early Institute

Publicación original en ContraRéplica

Dentro del contexto actual en el que el contacto humano y la posibilidad de salir se limitaron como parte de la emergencia sanitaria generada por el Covid-19, las actividades a través de internet se han vuelto un eje de la vida cotidiana.

En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías en los Hogares (ENDUTIH) 2019, 101.5 millones de personas tienen acceso a internet, de ellas el 72 por ciento lo utilizó en cualquier dispositivo. Comparado con la medición de hace dos años donde seis de cada 10 personas lo utilizaban, hoy siete de cada 10 se conectan de forma regular.

Esta ampliación del perímetro digital sin embargo, tiene aspectos positivos y negativos.

En esta última, nos coloca en un mayor riesgo de ser víctimas tanto de delitos como de violencia digital o ciberacoso, situación particularmente grave en el caso de niñas, niños y adolescentes.

El ciberacoso o acoso cibernético se refiere a la situación en que una persona es expuesta, repetida y prolongadamente, a acciones que buscan hacerle daño o causarle molestias por parte de una o más personas mediante el uso de medios electrónicos conectados a computadoras, tabletas, consolas o celulares.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en el Módulo sobre Ciberacoso 2019, que forma parte de la ENDUTIH, el 23.9 por ciento de los usuarios de internet en México reportaron alguna situación de ciberacoso. El grupo de los 12 a 19 años fue el más afectado, aunque el acoso fue mayor para las mujeres (32.7 por ciento) que para los hombres (28.1 por ciento).

En Early Institute —think tank mexicano especializado en primera infancia— consideramos que ahora más que nunca estamos a tiempo de tomar las medidas necesarias para asegurar el bienestar de niñas, niños y adolescentes. Como adultos encargados del cuidado y protección de la infancia, nuestra responsabilidad es enseñarles la forma adecuada de emplear las tecnologías de la información, para que puedan aprovechar las ventajas que les brindan —sobre todo dentro del contexto actual—, que van desde el entretenimiento hasta el aprendizaje.

En un inicio, debemos crear conciencia sobre los riesgos que pueden enfrentar y tener un diálogo abierto, para que sepan que cuentan con una red de apoyo frente a cualquier problema que puedan enfrentar al estar conectados.

Además, las autoridades y especialistas en la ciberseguridad sugieren tomar las siguientes medidas para la prevención de cualquier tipo de ciberacoso:

  • Enseñarles que antes de publicar contenidos, se detengan a pensar si están revelando información personal y si es positivo o no que lo compartan.

  • Definir los criterios de privacidad de todos los dispositivos que emplean y cuidar con quién comparten la información.

  • Además de instalar un antivirus, tener configurados los dispositivos con control parental. En caso de que el dispositivo no tenga esa opción, instalar las aplicaciones aptas para esto.
  • Asegurarse de que están actualizadas las aplicaciones y los sistemas operativos del dispositivo en el que navegan, para evitar filtraciones de su información personal.
  • Así como acompañarlos durante sus tiempos de navegación o definir límites de tiempo y espacio para el uso de la tecnología.

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