Por Valeria González Ruiz, Coordinadora de Vinculación e Incidencia en Políticas Públicas de Early Institute
Publicación original en El Heraldo
En el cuaderno de investigación Abuso sexual infantil y otras formas de violencia hacia la niñez en México, Análisis de indicadores de incidencia delictiva –publicado en noviembre de 2019 por Early Institute a través del proyecto Alumbra–, se dio a conocer que el uso de nuevas tecnologías implica una ventana de riesgos para las niñas, niños y adolescentes.
En el documento se informa que, de acuerdo con cifras reportadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en el año 2017, 20 por ciento de los niños y adolescentes entre 12 y 17 años de edad que utilizaron internet, vivieron alguna forma de ciberacoso.
La cifra sin duda es preocupante, sobre todo si consideramos que esta problemática se agrava ante la actual crisis sanitaria que vivimos por el coronavirus COVID-19.
El pasado 23 de marzo, el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) publicó un comunicado advirtiendo que, ante las medidas tomadas para combatir la pandemia –como el cierre de las escuelas y el distanciamiento social– niñas, niños y adolescentes extenderán el tiempo que pasan conectados, situación que incrementa el riesgo de ser víctimas de explotación sexual infantil.
Así, actividades como los juegos en línea y el uso de redes sociales los exponen a depredadores sexuales y al grooming, técnica empleada por una persona adulta para engañar a una niña, niño o adolescente y conseguir fotos, videos o incluso coordinar un encuentro con fines sexuales.
Ante los retos que trae esta contingencia, mamás, papás, cuidadores, especialistas, sociedad y autoridades, debemos estar más alerta que nunca, poner un alto definitivo a la violencia ejercida contra nuestra niñez y garantizar su bienestar físico y emocional.
De no actuar a tiempo condenaremos a toda una generación a sufrir daños irreparables, mismos que se extenderán en toda la sociedad.
Autoridades especializadas recomiendan tomar medidas como las siguientes: a) instalar un antivirus y un programa de control parental; b) reportar usuarios, perfiles, enlaces o foros con contenidos abusivos, sospechosos o inapropiados; y c) mantener aparatos electrónicos en espacios comunes de la casa.
También, crear conciencia en las niñas, los niños y los adolescentes sobre los riesgos que pueden enfrentar en internet, observar con mayor atención comportamientos extraños y tener un diálogo abierto con ellos, para que sepan que cuentan con el apoyo de su familia frente a cualquier situación, son herramientas efectivas para prevenir la violencia digital.
En caso de conocer o ser víctima de este tipo de violencia, rompe el silencio, llama al 088 y haz el reporte correspondiente.
Recuerda que la denuncia es anónima, ésta puede ayudar a identificar a los agresores, rescatar a otras víctimas, detener a los probables responsables y prevenir nuevos casos.