Las palabras y sus efectos
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15 enero, 2020
En un contexto generalizado de inseguridad, como el que actualmente existe en México, debemos romper con los ciclos de violencia en los que desafortunadamente vivimos y nos desarrollamos.
Lamentamos los hechos ocurridos este viernes diez de enero en la ciudad de Torreón, Coahuila. Frente a este tipo de situaciones extremas, familia, sociedad civil y gobierno tenemos la obligación de educar a niñas y niños en un entorno favorable que los habilite para asumir una vida responsable, fomentando una cultura de paz, tolerancia y respeto por lo que requerimos de un trabajo real, eficiente y permanente.
Las guías de acción para casos como el presente consideran tres momentos específicos: prevención, detección y reacción:
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La prevención permite inculcar valores, actitudes y prácticas positivas dentro y fuera del plantel escolar, auspiciando un clima de alegría, respeto, integración, empatía hacia la diversidad, así como el buen manejo de los conflictos entre los miembros de la comunidad.
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La detección requiere de estrategias y medidas para advertir sobre la posesión, portación o uso de armas en las escuelas.
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La reacción se refiere a la atención de situaciones concretas por la posesión o uso de armas para resguardar la integridad de toda la comunidad escolar, todo ello sin criminalizar y respetando los derechos de niñas y niños.
Hoy más que nunca queda claro que debemos comprometernos más con el desarrollo integral de la infancia mexicana, tal como establece Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, que promueve la generación de ambientes seguros y soluciones integrales que fomenten un equilibrio físico, mental, espiritual y emocional entre las dimensiones intelectuales, sociales y prácticas.